jueves, 19 de febrero de 2009
William Kentridge, ¨Drawing for Stereoscope¨
No es que tenga un cuadro favorito sino muchos, pintados por un multitud de pintores, entonces cuando elijo uno, depend del día en el que vivo. El martes pasado este cuadro me puso taciturna. La imagen de un hombre pintado sin colores; lleva un trajo negro, una corbata rayada, y toda su vida está hecha de blanco, negro, gris. De todos sus bosillos caen torrentes de agua de color azul real. El agua llena el cuarto como si el espacio fuera una piscina en desuso en la que había nada menos que los pies de este hombre bien vestido, mirando su charco de tristeza sin molestar a nadie, y obviamente no el agua.
El trayecto del agua es desconocido, similar al trayecto del hombre. Ambos elementos del cuadro, el de azul y lo demás, van a caer por las grietas y pasar afuera al mundo. El hombre quiere ser borrado, y el agua no tiene deseo; juntos son una pareja bien parecidas, pero retrógradas; no tienen ni una esperanza de ser más que un cuadrito de la desesperación leve. Es decir no son fuertes, sino suaves y débiles, como algodón; solamente están allá, él de pie, mojado; el agua está tendida, mojada también como es normal cuando se es agua. Por ojos viejos, no obstante, el hombre ve que este agua está más mojada de que lo normal, como si pudiera haber hecho de las lágrimas de La Llorana, la amante del hombre y él está perdido en estas lágrimas.
Como son leves, suaves, livianos, aun etéreos, son poderosos; y por ser leve, estas lágrimas van a oxidar el cuadro hasta ya no es más un cuadro.
Narración
Su nombre: no es importante
Su trabajo: empresario
Su cuento: triste
Su traje estaba mojado. El hombre puso sus manos en sus bolsillos y el agua empezó a salir de los agujeros. Polillas le habían visitando por las noches durante estos meses pasados y él no tenía la energía para luchar contra sus ataques. Su lana era ahora como un colador, entonces allá en su cuarto él se quedó, parado, mirando su vida llena de agujeros.
¿Dónde habían ido su marido, sus hijos?
Estas ideas inundaron sus bolsillas y el charco que había empezado a crecer debajo de sus pies se convirtió en una piscina. En este momento él pudo ver que la esperanza de sus pensamientos se habían apagado como un fósforo en la lluvia.
lunes, 9 de febrero de 2009
Alegría
Diálogo con el dino
Carbón
Por fin ella decidió que ya no era un dinosaurio, sino un montón de carbón.
Dejar de ser
Por fin despertó y ya el dinosaurio había dejado de ser dinosaurio.
Monterroso
Le pregunté a Augusto Monterroso si a él le gustó su cuento “el dinosaurio”, y él me respondió:
“Sí, al principio, pero después de años, el dinosaurio me comió.”
Para mí
A mí me encantó el dinosaurio hasta que me comió.
Dino
El dinosaurio se llamaba Dino y cada día despertaba para ver que seguía siendo dinosaurio.
No me ves
Cuando despertó, el dinosaurio le dijo cada vez más fuerte:
“¡Que no me veas, que no me veas!”
¿Sabes porque el cielo es azul?
Hace unos miles de siglos, la gente tuvo que vivir con el cielo sin color. Siempre la luz ofrecía solamente matices de blanco y gris, como un día de nubes, entonces todo el mundo parecía triste a diario.
Los dioses no se dieron cuenta de que los seres humanos estaban siendo afectados por este color gris. Ellos podían crear colores de la nada si querían, y eso es lo que hicieron; caminaban por el nuevo mundo cada día creando flores de colores brillantes y pájaros de todo tipo.
Un día; sin embargo, la hija de Zeus estaba jugando con una nueva creación de su padre, el pavo real, y ella se dio cuenta de que podía usar la pluma del pavo real para pintar, o sea que la pluma tenía muchos colores que influían en las cosas de alrededor de la pluma. La hija de Zeus decidió experimentar con esta nueva técnica de pintura y empezó a pintar una variedad de cosas en la naturaleza.
Pintó mariposas pasando por el huerto, pintó las campanillas en el parque, pintó los ojos de sus amigas y los arándanos, ella también pintó la ballena azul, este proyecto era largo y difícil, pero ella no quería parar de pintar. Un día ella había pintado muchas cosas, pero empezó a fatigarse con los proyectos pequeños, ya sabía que podía pintar algo grande porqué había pintado una ballena, el animal más grande en el mundo y por fin, le pidió a su papá lo que debería hacer la próxima vez.
Zeus pensó unos minutos y miró hacía el cielo deslumbrante y blanco, porque el so brillaba fuerte ese día. Miró a su hija, quien estaba manchada de pintura azul en todo el cuerpo, y dijo, “Mi hija, serías feliz si tuvieras un proyecto que durara toda la vida?”
“¡Sí!” exclamó ella con emoción.
“Entonces, vas a ser diosa del cielo azul, y cada vez que vengan las nubes o una tormenta, tienes que seguirlas y pintar después de que laven el cielo de gris o de lluvia.
Y así es como el cielo cambia entre gris y azul cada día y cada noche, los colores de la cola del pavo real se extienden por el cielo.